Andrés Iniesta comparece ante los medios de comunicación el día después de la derrota del FC Barcelona ante el Real Madrid en las semifinales de la Copa del Rey.
El centrocampista del Barcelona Andrés Iniesta ha reconocido que el vestuario azulgrana está "muy jodido" tras la derrota ante el Real Madrid en semifinales de Copa del Rey, que ha calificado de "golpe muy duro".
"Quedar eliminados a las puertas de una final es un golpe muy duro, porque jugábamos en casa, teníamos la opción de poder ganar, pero nos superaron y estamos fastidiados por no estar en otra final", ha explicado en rueda de prensa tras el entrenamiento.
"Estamos jodidos por lo de ayer, evidentemente -ha añadido Iniesta-. Creo que el equipo ha llegado hasta donde tenía que llegar. El Madrid es justo finalista. Pero cuando las cosas salen mal deben servir para tener una reacción, una mejora".
Por ello, el jugador ha insistido en que el equipo debe ahora centrarse en la "nueva batalla" del sábado en Liga ante el Madrid y en "corregir los errores hechos en San Siro para dar la vuelta a la eliminatoria" ante el Milan, un "partido crucial, una final en la que se deberá salir desde el minuto uno como si nos fuera la vida".
"Nuestra mentalidad no va a cambiar por lo que pasó ayer", ha dicho. "No es que no se supiese competir, pero cuando las cosas no salen bien es que hay algo que falla. No podemos caer en el error de que todo viene de fuera".
Así, ha negado que el equipo "se haya dejado ir": "Eso no pasará nunca. Los rivales nos han superado y lo tenemos que aceptar así, pero el mensaje debe ser optimista. Pongo la mano en el fuego por que pasaremos", ha añadido.
Iniesta ha confesado que "sería mentira" si dijese que la ausencia de Tito Vilanova no perjudica al equipo: "Es lógico, no tener la figura del primer entrenador no es fácil. Es mucho tiempo, son situaciones difíciles y, para un equipo, la figura del entrenador es la representación de todo. Pero no porque ahora perdamos vamos a decir que Tito vuelva ya".
Pero en todo caso ha negado que se estén repitiendo vicios de la última temporada de Frank Rijkaard, antes de la llegada de Pep Guardiola, sino que se trata únicamente de que "en los partidos claves ha faltado finura y frescura".
"Yo viví el último año de Rijkaard y no tiene nada, pero nada que ver, una situación con la otra -ha afirmado el manchego-. Se puede perder, quedar eliminado ante un grandísimo equipo como el Madrid, dar sensaciones de no estar como siempre ha estado, eso es una realidad. Pero no tiene nada que ver".
Por otro lado, preguntado sobre el árbitro, Undiano Mallenco, al cuya designación el técnico azulgrana criticó en la previa, ha admitido que "la labor de un árbitro es muy difícil, pero no por decir uno lo que piensa se gana o se pierde".
"Si el míster lo dijo es porque debía sentirlo así, porque es una realidad en cuanto a números. Al final, si estuviéramos todos en una misma línea de dejarlos trabajar, todo iría mejor. Pero no por decir ahora una cosa desde aquí, somos nosotros los malos", ha ironizado.
Por último, preguntado sobre si se siente más cómodo como extremo o como interior, Iniesta ha sido dicho que su "obligación es rendir al máximo nivel" donde decida el entrenador, aunque ha confesado que donde más "cómodo" se encuentra es en el centro del campo.
"Quedar eliminados a las puertas de una final es un golpe muy duro, porque jugábamos en casa, teníamos la opción de poder ganar, pero nos superaron y estamos fastidiados por no estar en otra final", ha explicado en rueda de prensa tras el entrenamiento.
"Estamos jodidos por lo de ayer, evidentemente -ha añadido Iniesta-. Creo que el equipo ha llegado hasta donde tenía que llegar. El Madrid es justo finalista. Pero cuando las cosas salen mal deben servir para tener una reacción, una mejora".
Por ello, el jugador ha insistido en que el equipo debe ahora centrarse en la "nueva batalla" del sábado en Liga ante el Madrid y en "corregir los errores hechos en San Siro para dar la vuelta a la eliminatoria" ante el Milan, un "partido crucial, una final en la que se deberá salir desde el minuto uno como si nos fuera la vida".
"Nuestra mentalidad no va a cambiar por lo que pasó ayer", ha dicho. "No es que no se supiese competir, pero cuando las cosas no salen bien es que hay algo que falla. No podemos caer en el error de que todo viene de fuera".
Así, ha negado que el equipo "se haya dejado ir": "Eso no pasará nunca. Los rivales nos han superado y lo tenemos que aceptar así, pero el mensaje debe ser optimista. Pongo la mano en el fuego por que pasaremos", ha añadido.
Iniesta ha confesado que "sería mentira" si dijese que la ausencia de Tito Vilanova no perjudica al equipo: "Es lógico, no tener la figura del primer entrenador no es fácil. Es mucho tiempo, son situaciones difíciles y, para un equipo, la figura del entrenador es la representación de todo. Pero no porque ahora perdamos vamos a decir que Tito vuelva ya".
Pero en todo caso ha negado que se estén repitiendo vicios de la última temporada de Frank Rijkaard, antes de la llegada de Pep Guardiola, sino que se trata únicamente de que "en los partidos claves ha faltado finura y frescura".
"Yo viví el último año de Rijkaard y no tiene nada, pero nada que ver, una situación con la otra -ha afirmado el manchego-. Se puede perder, quedar eliminado ante un grandísimo equipo como el Madrid, dar sensaciones de no estar como siempre ha estado, eso es una realidad. Pero no tiene nada que ver".
Por otro lado, preguntado sobre el árbitro, Undiano Mallenco, al cuya designación el técnico azulgrana criticó en la previa, ha admitido que "la labor de un árbitro es muy difícil, pero no por decir uno lo que piensa se gana o se pierde".
"Si el míster lo dijo es porque debía sentirlo así, porque es una realidad en cuanto a números. Al final, si estuviéramos todos en una misma línea de dejarlos trabajar, todo iría mejor. Pero no por decir ahora una cosa desde aquí, somos nosotros los malos", ha ironizado.
Por último, preguntado sobre si se siente más cómodo como extremo o como interior, Iniesta ha sido dicho que su "obligación es rendir al máximo nivel" donde decida el entrenador, aunque ha confesado que donde más "cómodo" se encuentra es en el centro del campo.
